Las alianzas de compromiso tienen un origen que se remonta a tiempos antiguos, con diferentes tradiciones y significados en diversas culturas. Una de las primeras referencias históricas de este símbolo se encuentra en el antiguo Egipto, donde los egipcios intercambiaban anillos de metal como símbolo de amor y compromiso. Estos anillos se llevaban en el dedo anular de la mano izquierda, creyendo que este dedo estaba conectado directamente al corazón a través de una vena que llamaban "vena amoris".
La costumbre de intercambiar anillos de compromiso se extendió a lo largo de la historia, adoptando diferentes formas y significados en diferentes culturas. En la Roma antigua, por ejemplo, los anillos de compromiso eran símbolos de propiedad y compromiso matrimonial, y eran utilizados tanto por hombres como por mujeres.
En la Europa medieval, las alianzas de compromiso comenzaron a incluir piedras preciosas, como diamantes, como símbolo de la durabilidad y la eternidad del amor. La tradición moderna de utilizar anillos de compromiso como parte de una propuesta formal de matrimonio se popularizó en el siglo XX, influenciada en gran medida por la industria de la joyería y las tradiciones románticas.